jueves, 25 de abril de 2013

PEZ ÁNGEL O ESCALAR ( Pterophyllum scalare)


Orden: Perciformes
Suborden: Percoideos
Familia: Cichlidae
Género: Pterophyllum
Especies: scalare
Especie:
Cíclido Americano

Biotopo:

Tropical Amazónico. Aguas ligeramente blandas y ácidas, en zonas tranquilas con poca corriente.

Temperatura:
24º-28º centígrados.

Es un Cíclido Americano muchas personas creen que son tropicales por poderse relacionar con multiples especimenes de agua fria y tropicales.

Descripción:
Cuerpo aplanado lateralmente, de forma que es muy estrecho. Sin embargo los radios espinosos de las aletas impares tienen una gran extensión, especialmente la dorsal y anal, que se extienden en sentido vertical dando gran altura y prestancia al aspecto general del pez. También cuentan con unas aletas ventrales muy alargadas y estilizadas. Posee entre 30 y 39 escamas en una línea horizontal.
Su coloración original es plateada con bandas verticales oscuras bastante marcadas. (7 bandas visibles en los juveniles, que pasan a ser 4 en los adultos). Esta coloración le permite pasar desapercibido entre las zonas de plantas altas y los cañizos. Con la reproducción en cautividad se han llevado a cabo numerosos programas de cría selectiva en busca de variedades cromáticas cada vez más llamativas, y existen en el comercio todo tipo de híbridos: forma xantocrómica (dorada), negra, plateada, albina, koi (similar al dibujo de una carpa koi), mármol, leopardo… así como variedades de aletas alargadas (vela, o velífera).

Tamaño:
Hasta 15 centímetros

Acuario:
Acuarios espaciosos y altos, sin exceso de corriente, reservando al menos 30 litros de agua para cada ejemplar. Hay que tener cuidado de no colocarlos con compañeros que les quepan por la boca, pues tarde o temprano los verán como alimento. Si conviven desde pequeños pueden convivir con los tetra neón, por ejemplo, pero si se introducen de nuevas, los verán como comida.

La pareja comenzará a limpiar una superficie plana, que será el lugar elegido para depositar los huevos.
El acuario debe ser suficientemente alto, porque estos peces gustan de realizar desplazamientos verticales entre las plantas. Se debe plantar densamente por las zonas laterales y el fondo, y dejar despejada la zona central para que naden a su gusto.
Es muy aconsejable que se dispongan algunas plantas flotantes que produzcan zonas de sombra muy del agrado de los escalares. Alguna planta de hojas anchas será necesaria para que los escalares la usen como lugar de desove, siendo las más adecuadas para este propósito las del género Echinodorus.

Diferencia Sexual:
Los escalares no son peces que presenten diferencias apreciables entre los machos y las hembras. Es casi imposible saber si un escalar es un macho o una hembra hasta que no llega el momento del desove, asi mismo la hembra tiene un oviducto un poco más largo, grueso y redondeado. Inclinado hacia atrás.


El desove:
La pareja comenzará a limpiar una superficie plana, que será el lugar elegido para depositar los huevos. Normalmente suele ser una hoja grande. Si no se puede encontrar ninguna entonces pueden elegir una piedra plana o incluso un lateral del acuario.

Comportamiento:
Su temperatura es de 24º-28º centígrados.
Gregario y territorial. Es un cíclido relativamente pacífico que vive en grupos con un marcado carácter jerárquico. Pese a que se usan muchas veces como pieza principal de biotopos amazónicos comunitarios, no es un pez que conviva demasiado bien con sus compañeros, pues con la edad se vuelven muy territoriales.
Cuando forma parte del cardumen, el escalar es un pez sociable que presenta pautas de comportamiento muy características. Al igual que ocurre con los discos, los individuos se escalonan de acuerdo con el nivel de dominancia que tienen. El ejemplar más grande y saludable suele ser el pez dominante que compite por los espacios, por la comida y por la pareja reproductora, siempre con éxito sobre el resto de los componentes del grupo.
Las pequeñas escaramuzas que marcan el status del pez siguen siempre los mismos pasos. Los peces se enfrentan con las aletas muy abiertas, vibrando y con movimientos amenazantes de cabeza y simulaciones de ataque hacia adelante y hacia atrás, con la cabeza mirando al frente. Si los ejemplares son de parecido tamaño entonces se producen mordiscos simulados (y alguno real) y empujones frontales. El pez vencido se coloca con la cabeza mirando hacia arriba y este simple movimiento sirve para desinhibir al agresor que se da por satisfecho.
Las peleas aumentan en intensidad en la época de reproducción. Se dan cuando se forman las parejas, cuando la pareja delimita su territorio, y sobre todo cuando la pareja defiende la puesta de cualquier pez que se acerque.


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